Este sábado Real Madrid y FC Barcelona se verán las caras por segunda vez en lo que va de temporada y abrirán, de esa forma, una serie de cuatro partidos entre ellos en el intervalo de 18 días. A priori, éste, al pertenecer al campeonato doméstico, es el menos trascendental ya que el Barça presenta una renta de 8 puntos (+1 por el golaverage particular) que a estas alturas de la temporada parece ya inalcanzable. Y es que aunque el conjunto blanco se alzase con la victoria, la distancia de cinco puntos faltando seis jornadas parece insalvable. Así, ¿qué deben hacer los dos equipos en el partido menos importante de esta serie de cuatro? No hay que olvidar que el miércoles se verán las caras en la final de la Copa del Rey en Mestalla, título que el Real Madrid lleva ya casi veinte años sin ganar y que, una semana después, abrirán el fuego en las semifinales de Champions...
Lo que está claro es que un Clásico siempre es un Clásico. Ninguno de los dos entrenadores va a renunciar a la victoria de antemano presentando alineaciones plagadas de suplentes o con algún canterano. No. Un Clásico no se puede tirar, por muy intrascendente que parezca en un primer momento. Y es que, aunque a efectos prácticos pueda parecer un encuentro menor, si pensamos en términos motivacionales pueden ser los 90 minutos que decidan la serie. No es lo mismo acabar el encuentro 3-0 que 0-3, no sólo por la distancia en liga sino también para enfocar de una u otra forma los siguientes partidos. Bien es sabido por todos que el FC Barcelona ha sido netamente superior a los blancos en los últimos años. Sonoras fueron sus victorias en el Santiago Bernabéu hace dos campañas por 2-6 y el año pasado por 0-2 o la más reciente en el Camp Nou por 5-0. Y eso es lo primero que el Real Madrid debe borrar si quiere presentar batalla. En los últimos tiempos, el blanco nunca ha podido con el blaugrana. Los merengues necesitan dar un golpe de autoridad y mostrar al Barça que ellos también son capaces de ganar. Con Cristiano Ronaldo a la cabeza. Éste ha disputado seis encuentros contra los azulgranas y nunca les ha marcado. Sobrevuela sobré él la eterna sensación de que, ante el equipo dirigido ahora por Pep Guardiola, CR7 nunca da la talla. Un hombre que esta temporada lleva 29 goles en liga y 41 entre todas las competiciones. Un Balón de Oro que parece bloquearse ante su eterno rival: Lionel Messi. Lo bueno del fútbol es que siempre te da la oportunidad de vengarte. Y a buen seguro que, Cristiano, buscará empezar a callar bocas. “El que ríe último ríe mejor”, ha dicho en las últimas horas. El Barcelona lleva ya mucho tiempo soltando carcajadas. ¿Será ésta la vez que los blancos logren conseguir silenciarlas?
Este partido es determinante, precisamente, por eso. Si el Madrid se quita en este primer encuentro la losa de las derrotas de los últimos tiempos y demuestra a todos y a sí mismo que puede competir de tú a tú ante el mejor Barça de la historia y ante uno de los equipos más preciosistas que se recuerdan, podrá encarar la final de Copa del Rey y la eliminatoria de Champions League de otra forma. En cambio, si vuelve a ser superado, apalizado o humillado, se habrán acabado las excusas y será muy difícil hacer remontar a un grupo que estará hundido.
También podemos interpretar que este choque será un “campo de pruebas” para Mourinho y Guardiola. El primero debe buscar una fórmula para tratar de anular, en la medida de lo posible, el juego constante de pases del Barça. No se puede dar otra situación en la que éstos tengan un 70% de posesión del balón. En el Camp Nou, esa fue más o menos la estadística y el portugués debería pensar: “en la primera mitad salimos con el once, téoricamente, de gala, con dos mediocampistas, Özil, Di María, Cristiano y Karim Benzema arriba. Nos fuimos al descanso 2-0. Tras la reanudación, quité al alemán, metí a Lass y jugamos con un trivote para tratar de frenar la hemorragia del centro del campo. El resultado de esos 45 minutos fue de 3-0. 5-0 en el global. ¿Qué debo cambiar para invertir la situación?”.
Por su parte, Pep Guardiola ya ha avisado en las últimas semanas de que no ve bien al equipo. Además, las recientes provocaciones de algunos miembros del club (Rosell y su “manita” para no “perder la costumbre”, Valdés preguntándose cuándo ha ganado el Real Madrid al Barça, si “en blanco y negro o en color”...) a buen seguro que han molestado al técnico. Éste, por si fuera poco, no puede contar con dos de sus pilares en defensa, Carles Puyol y Eric Abidal, por lo que deberá seguir probando cosas de cara a los próximos partidos. El experimento de Busquets como central y Mascherano como pivote funciona a medias y la opción de que ambos se intecambien la posición ha cobrado fuerza, máxime cuando se probó en Donetsk con excelentes resultados. Aún así, Guardiola no podrá contar con “el jefecito” en el Bernabéu y tendrá que volver a sacar magia de su profunda chistera para que esta baja sea lo menos sensible posible.
De esta forma, en términos puramente resultadistas, es cierto que el de este sábado será el partido menos importante de los cuatro que nos esperan en los próximos días. El Barça será el favorito en éste y en los tres próximos. Pero cuidado. Mourinho debe demostrar que sigue siendo Mourinho. Guardiola, que es mejor que Mourinho. Messi, que es mejor que Cristiano y Ronaldo que puede ser más determinante que Leo. Benzema que lleva los mismos goles que Villa habiendo jugado mucho menos porque tiene más talento y el Guaje, que su falta de gol es pasajera... Por último, Valdés, que está a la altura de Iker y Casillas que sigue siendo el mejor portero del mundo, por varios guantes de diferencia. ¿Partido intrascendente? ¿Campo de pruebas? Un Clásico siempre es un Clásico. El espectáculo está garantizado. El mundo entero estará mirando. El sueño del planeta fútbol se hizo realidad.
toda la razón. si gana el madrid se pone a cinco, gana la final de copa, el barcelona empiez a dudar y puede perder más puntos...
ResponderEliminarLo de la Champions es independiente de lo que pase.
José María Monroy
Castellón de la Plana