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sábado, 12 de noviembre de 2011

Eterno Casillas

   Iker Casillas (Madrid, 1981) jugará esta noche su partido número 126 con la selección española y se convertirá, de esta forma junto a Andoni Zubizarreta, en el jugador que más veces ha vestido la elástica roja. Iker, hoy, tiene 30 años. Su historia con España se remonta a hace ya 11 temporadas cuando, con 19, Jose Antonio Camacho le dio la alternativa. Casillas nunca olvidará ese amistoso previo a la Eurocopa de 2000 que acabó 1-1 contra Suecia. El resto del país, tampoco. Por entonces empezaba a hacerse un nombre en el Real Madrid, equipo y ciudad que le vio nacer (aterrizó en el club de la Castellana con sólo 9 años). Poco más de una década después, se ha convertido en santo y seña del combinado nacional, en el "salvador" del equipo, como así reconoció en rueda de prensa este viernes Xavi Hernández. 

   Antes de debutar con la selección absoluta, Casillas ya había probado la gloria en las categorías inferiores de "La Roja". En 1999, en el Mundial sub-20 de Nigeria, Iker era suplente de Daniel Aranzubía. En cuartos de final se cambiaron de tornas. La apuesta no pudo salir mejor. "El Santo" volvió a hacer acto de presencia en la tanda de penaltis contra Ghana y España se clasificó para semifinales. Al final, el combinado nacional se alzó con el título, en un equipo que contaba otras leyendas como el propio Xavi Hernández. Casillas ya había saboreado anteriormente el éxito ganando los campeonatos de Europa sub-16 y sub-20.

   El 3 de junio de 2000, Iker vistió la elástica de la absoluta por primera vez. Nacía una leyenda. El segundo debutante más joven en la historia de España. En la Eurocopa de 2000 fue para aprender. José Francisco Molina y Santiago Cañizares le cerraban las puertas. Un par de meses después, el 2 de septiembre de ese mismo año, jugaba su primer partido oficial. También llegaba su primera victoria, 1-2, contra Bosnia. Desde ese momento, y hasta hoy, nadie ha sido capaz de bajarle de la titularidad: ni el propio Molina ni Pepe Reina ni, más recientemente, Víctor Valdés. Nadie. 

   Eso sí, la historia de Iker con la selección no siempre fue sencilla. Fue el tercer portero de esa Eurocopa de 2000, donde España cayó en cuartos. En 2002, en el Mundial de Corea y Japón y ya como titular indiscutible, la selección cayó en idéntica ronda en un partido ante los anfitriones que ningún español olvidará jamás tan una ristra de innumerables polémicas arbitrales. En 2004, otro sinsabor. Y es que en el campeonato de Europa de Portugal, el equipo no pasó de la primera ronda. Poco tiempo después, ya con Luis Aragonés como seleccionador, cruz y cara. En el Mundial de 2006, "La Roja" se topó con una Francia liderada por un excelso Zinedine Zidane, cayendo eliminada. Fue el último fracaso importante de Iker Casillas como guardameta del equipo. A partir de ahí, se invirtió la tendencia. Adiós a la "maldición de cuartos". Adiós a viejos fantasmas.

   Austria y Suiza, en 2008, desniveló la balanza. Hacía 44 años que la selección absoluta no se alzaba con un título internacional. Tras un torneo delicioso, "El Santo" volvió a obrar milagros: en cuartos de final, contra Italia, se llegó a la tanda de penaltis tras acabar 0-0 en 120 minutos. Toda España temblaba. Iker inspiraba. Penalti parado. Iker expiraba. Otro lanzamiento detenido. Casillas estaba tranquilo. España, en semifinales. En esa ronda, "La Roja" jugó uno de sus mejores partidos de siempre. Enfrente, Rusia, no pudo hacer nada. 3-0 y a la final contra Alemania. Fernando Torres fue en ese momento el factor diferencial, marcando el gol de la victoria. Pero fue Casillas el que, como capitán, alzó la copa. Todos los españoles, eufóricos, compartieron el momento. Dos años después, se repitió hazaña, esta vez en Sudáfrica y, de nuevo, con Casillas como protagonista. En la final, dos paradas imposibles contra Holanda hicieron posible que se llegara a la prórroga. Iniesta "de nuestras vidas" marcó el tanto. Iker "de nuestros corazones" fue el primero en levantar la copa que acreditaba a España como la mejor selección del mundo.

   El círculo nació en Wembley en 1996, donde Iker jugó su primer partido en cualquier categoría con España. Tenía 15 años. El mismo tiempo después, con 30, una nueva página de su leyenda se escribe en ese templo del fútbol, inmejorable lugar para seguir tintando las hojas de un mito que no parece tener límites. 125 internacionalidades ya lo acreditan... Esta noche serán 126.

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