Real Madrid y Atlético de Madrid se veían las caras en el Santiago Bernabéu con la historia reciente muy a favor de los blancos. Doce años sin conocer la victoria en el campo del rival podía pesar como una losa sobre los jugadores rojiblancos. Pero, una vez saltaron sobre el terreno de juego, todo pareció esfumarse. Nada de grandes ni de pequeños. Once contra once en un escenario inmejorable con la historia como testigo.
El Atlético de Madrid salió de forma impecable de los vestuarios. Su entrenador había avisado de que buscarían un partido “feo” y “bronco” pero nada más lejos de la realidad. Toque, control, solidez, colocación… Todo eso y más demostró el Atlético en los primeros compases. El Real Madrid no estaba cómodo y de ello se aprovechaba el equipo de Manzano. Así, como no podía ser de otra forma, el conjunto rojiblanco se adelantó en el marcador gracias a una gran jugada individual de Adrián, que conectó con Salvio dentro del área y batió a Casillas con un sutil disparo. La pesadilla podía llegar a su fin…
…hasta que apareció Benzemá. Diez minutos solamente le duró la alegría a la parroquía del Manzanares. El francés recogió un buen pase en la frontal, encaró a Courtois y éste le derribó tras verse sobrepasado. Penalti y expulsión. Cristiano no falló y empató el marcador. Fue el principio del fin para el Atlético. El resto de la historia es por todos conocida. Se lleva repitiendo doce años. Los rojiblancos lo vieron más cerca que nunca durante poco más de 20 minutos. Sueños. Ilusiones. Esperanzas. Todas rotas en segundos. El Madrid venció, finalmente, de forma merecida. Habrá que esperar, como mínimo, al año que viene, cuando se cumplan 13 años de la maldición. Un buen número para espantar cualquier fantasma…o no.
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