Karim Benzemá (Lyon, 1987), llegó al Real Madrid hace ya temporada y media. Le precedían tres grandes temporadas en el club de su ciudad, dónde se hizo un hueco desde muy joven. La leyenda cuenta que, el día que subió al primer equipo y como era costumbre, tuvo que decir unas palabras. Lejos de su timidez habitual sobre el terreno de juego y ante las risas de sus compañeros realizó toda una declaración de intenciones: “No os riáis porque estoy aquí para quitaros el puesto”. Dicho y hecho. Se convirtió en el delantero titular del Lyon, disputó la Champions y debutó con la selección francesa. Tenía menos de 21 años. Fue máximo goleador del campeonato galo, ganó copas, ligas... Con estos antecedentes y con una ristra enorme de goles, su fama fue creciendo. “El Ronaldo del siglo XXI”, decían en su país natal. Karim no ayudaba a despejar las comparaciones. “Es mi ídolo. Llevo desde pequeño intentando imitar sus gestos”, decía el galo. Y así era. 36 millones de euros y una visita a su hogar familiar después, Benzemá fichó por el Real Madrid para dejar la huella que otrora dejó su ídolo. Tras más de temporada y media, después de recibir críticas feroces, de escándalos de todos los colores, está apareciendo, por fin, la versión del Karim Benzemá que todos esperábamos ver desde un principio. Pero no todos somos iguales...
Falta de confianza, de adaptación, juventud, inmadurez... Abulia. Una larga lista de comportamientos y excusas justificaban su pobre rendimiento hasta ahora. Muy pocos le defendían ya en enero, cuando la amplia mayoría exigía su traspaso en junio. Lesionado el “perro” Higuaín, Mourinho pidió un tigre. Llegó Adebayor para hacer las veces de “9” blanco. Nadie contaba ya con Karim como titular. El francés jugaba poco y, cuando lo hacía, la desidia solía imperar sus actuaciones. Sólo algún momento concreto. Sólo alguna acción puntual. Pero esto no es el Lyon. En el Real Madrid, y más en el de estos últimos años, todos los jugadores de ataque son analizados con lupa. Cada minuto. Cada pase. Cada dribbling. Le pasó al argentino Gonzalo Higuaín, que tardó dos temporadas en adaptarse a pesar de anotar goles decisivos desde el principio. “No es delantero para el Madrid”, decían unos. “No es goleador”, afirmaban otros. La temporada pasada, con 27 goles en liga cuando la presión era la más feroz, indican lo contrario...
Algo así ocurrió y ocurre con Karim Benzemá. A Pellegrini se le impuso que jugara en los primeros encuentros pero Higuaín le pasó por ambos lados. Así, perdió la confianza del entrenador y la suya propia. Además, recibió un varapalo durísimo al quedarse fuera de la lista de Raymond Domenech para acudir al Mundial de Sudáfrica de 2010. Con Mourinho, al principio, pasó igual. Higuaín devoraba rivales a la vez que marcaba goles y Karim calentaba el banquillo, quedándose sin jugar en numerosos encuentros. Pero con la lesión del argentino, su suerte cambió. El club le trajo a Adebayor para ser, a priori, titular, y así poder seguir teniendo "un perro en ataque". Benzemá era, para su técnico, un gato. Mourinho le pidió que corriese. Karim corrió. El portugués le exigió que presionase. Benzemá presionó. El entrenador le repitió eso que escuchó tanto Higuaín en sus inicios: “no marcas”. Karim marcó. Kaká afirmó que "todos esperaban más de él". El francés respondió con fútbol y goles. Ahora es el “9” titular blanco por méritos propios. El brasileño, en cambio, entrena puntualmente cada día en Valdebebas para ver los partidos desde su casa. Así es Karim Benzemá. Con confianza es capaz de cualquier cosa.
Y es que tratar al punta galo como a un jugador residual atenta contra el esencia misma del juego. Benzemá no ha vuelto porque, en mi opinión, nunca se fue. No es Anelka. Aunque, si en algo se parece al ex-jugador del Real Madrid es que se está especializando en marcar goles importantes. Gracias a Nicolas, el Madrid derrotó al Bayern Múnich en Champions y acabó alzándose con la "Octava". Karim, en cambio, le ha dado la victoria ante el Mallorca, el Sevilla y le ha permitido seguir con vida ante el Lyon en la ida de octavos de final de la Copa de Europa. Aún así, los madridistas no deben echar todavía las campanas al vuelo. Hay que dejar de verle como al nuevo Ronaldo y empezar a observarlo como el Karim de siempre, un jugador frío, carente de emociones sobre el campo, inexpresivo... Duros calificativos en la calle. Impresionantes cualidades en un tapete de juego. No necesita correr más kilómetros que el resto para destacar. Tampoco aparece en una jugada puntual para decidir un partido. Le gusta participar en el juego, tirar paredes, buscar pases al hueco, entrar por la izquierda y cargar con la velocidad del rayo cualquiera de sus dos piernas para marcar. En algunos movimientos recuerda al mejor Henry, al del Arsenal, capaz de "arrastrar" la pelota a una velocidad de vértigo mientras la lleva cosida a alguno de sus pies y se prepara para cargar su fusil, que dispara sin contemplaciones.
19 goles esta temporada: nueve en liga, cinco en Copa y cinco en Champions. Segunda máximo goleador de la segunda vuelta con ocho tantos. Tres dobletes consecutivos. Mejor promedio realizador en Copa de Europa con un gol cada menos de 60 minutos. En 12 partidos en los que ha marcado Karim, sus tantos sirvieron para abrir el marcador en nueve ocasiones. Y es que Benzemá nunca ha sido de sumarse a las fiestas. Él prefiere empezarlas.Además, esta "resurrección mediática" también ha venido influida por la confianza que recibe de su país. Desde la llegada de Laurent Blanc como seleccionador francés, el delantero blanco siempre ha participado, resultando incluso decisivo en encuentros tan importantes como ante Brasil (victoria por 1-0 con gol suyo).
“El Rey Lyon”, “crack”, “vale por dos”... Hoy todos los diarios elogian la actuación del francés ante el Hércules al que, con dos tantos, se encargó de derrotar casi en solitario. Se espera su titularidad en Champions este miércoles en el partido más importante de la temporada hasta el momento para el club. Benzemá tiene todavía unos meses para demostrar que debe ser el “9” blanco los próximos años. El Real Madrid, a buen seguro, fichará a partir de julio otro punta “galáctico”. Suenan Sergio Agüero y Fernando Llorente. El mejor Karim no tiene nada que envidiar a ninguno de los dos. Seguramente nunca marcará 50 goles en una temporada como Messi o Ronaldo. No hace falta. No es esa clase de jugador. Benzemá prefiere anotar 25 y dar otros 25. El mejor amigo de Cristiano sobre el campo. Un hombre alrededor del cual sus prestaciones crecen exponencialmente. Así es el francés. Frío. Generoso. Genial. (Por cosas como estas).
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